Sí, sabemos que los problemas de sueño existen, pero, ¿hacemos algo para mejorarlo?
Pues ya te adelanto que no mucho. Y es que, un gran porcentaje de las personas que acuden, en general, a consulta tienen problemas de sueño, ¿y esto por qué es así?
Nos acostumbramos a vivir en un mundo de prisas, estrés y poco autocuidado, y acabamos viendo como «normal», el no hacer algo tan básico como descansar.
Sueño, alimentación y actividad física forman un pilar fundamental que afecta a nuestro estado de ánimo. Si cojeamos en una de ellas, nos afecta inevitablemente a cómo afrontamos el día a día. Sin embargo, si mantenemos un buen equilibrio entre ellas nuestro manejo situacional y emocional mejorará.
Así, una buena higiene de sueño es vital para nuestro bienestar general. No obstante, no es hasta que reventamos que no nos damos cuenta y finalmente pedimos ayuda.
Una de las cosas que observamos en la primera consulta es si existe un buen hábito de sueño, y si no es así, se le recomiendan ciertas cositas.
Aquí os dejo un regalito sobre algunas cosas que se pueden intentar para mejorar el descanso. Aun así, esto no sustituye la ayuda de un profesional.
- Usa la cama solo para dormir y mantener relaciones sexuales
- Establece una hora regular para acostarte y levantarte
- Si el problema son pensamientos recurrentes a la hora de dormir, establece una hora que no sea próxima al descanso para dejarlos ir, hablarlo con alguien o escribirlo.
- Realiza una rutina para el sueño: cepillarse los dientes, retirar las sábanas, preparar la ropa del día siguiente…
- Dos horas antes de dormir haz solo actividades relajantes: técnicas de relajación y/o respiración, meditación, ruido blanco, tomar un baño o ducha, leer, ver la televisión…
- Evita antes de dormir: el ejercicio intenso, la cafeína, nicotina, comidas pesadas, alcohol u otras drogas, leer o estudiar en la cama, usar el ordenador/móvil en la cama…
Melissa García Psicología.